En los últimos meses se han filtrado diversas informaciones sobre los planes de desarrollo y producción de los grandes fabricantes europeos y los deseos relativos de la Unión Europea en materia de emisiones. Los países de la alianza han pedido a la Comisión que adopte una postura firme y prepare un calendario para el fin de la comercialización de coches endotérmicos en el Viejo Continente. De momento, no hay fecha exacta, pero en cualquier caso, parece que un buen plazo para el cese de las ventas será el 2030. Según Pascal Canfin, presidente de la Comisión de Medioambiente, la nueva normativa se presentará en junio y solo entonces los fabricantes sabrán exactamente qué camino seguir. Canfin también señala que en los próximos 18 meses se revisarán unas 50 leyes para avanzar en el Pacto Verde y alcanzar así el objetivo de reducir un 55 % las emisiones de CO2 de aquí a 2030. Como se preveía, esta medida hará que los fabricantes de automóviles solo ofrezcan modelos eléctricos a los clientes, retirando de la venta los enchufables y los híbridos, ya que estos motores tendrían dificultades para cumplir la nueva normativa. A finales del año pasado, una decena de países europeos (encabezados por Noruega, Países Bajos y Reino Unido) anunciaron que habían fijado fechas para prohibir la venta y circulación de vehículos propulsados únicamente por motores de gasolina y diésel. Se trata de un cambio histórico con una estrategia diferente según el país; en general, los primeros en eliminar la hulla lo harán en 2025, mientras que algunos gobiernos no aplicarán las restricciones hasta 2040. ¿E Italia? También ha habido rumores en el Bel Paese sobre un posible cese de las ventas durante varios años, pero obviamente se trata de un asunto bastante complejo y también ralentizado por la llegada del Coronavirus. Recientemente, Motus-E y el CNR-IIA (Instituto de Contaminación Atmosférica del Consejo Nacional de Investigación) han lanzado una propuesta en este sentido, subrayando, no obstante, la importancia de la coordinación a escala europea. En el resto del mundo, la situación es aún menos homogénea y solo Estados Unidos ha vetado la venta en 2030, siguiendo así la sugerencia de Europa.
¿Qué sucede mientras tanto?
A la espera de la introducción de trenes motrices sin emisiones, saldrán al mercado coches equipados con motores Euro 7 capaces de reducir aún más la contaminación. Esta nueva certificación ha causado varios quebraderos de cabeza a toda la industria automovilística, ya que exige el desarrollo de nuevos motores y, por tanto, un cambio de ritmo demasiado exigente para algunos fabricantes de automóviles. Afortunadamente, tras algunas protestas de fabricantes y gobiernos, el umbral máximo de emisiones se ha revisado ligeramente para contener los costes de los fabricantes y, por supuesto, de los consumidores. El Agves (Grupo Consultivo sobre Normas de Emisión de Vehículos) ha revisado sus propuestas originales presentando límites de NOx «técnicamente alcanzables», aumentando así la tolerancia de nitrógeno de 10 a 30 miligramos por kilómetro. Varias partes habían calificado los límites anteriores de imposibles de alcanzar, salvo por un posible impacto en la mano de obra. A este respecto, el director general de Audi había lanzado una importante advertencia sobre una posible pérdida de puestos de trabajo al abandonar la producción de algunas líneas de propulsión endotérmica, que no podrían cumplir la estricta normativa Euro 7. La actual situación económica (y sanitaria) relacionada con la pandemia de coronavirus tampoco ayudaría a mantener el tan deseado equilibrio y, por ello, se ha optado por una acción correctiva.
Los planes de los fabricantes
Tras la decisión de la Comisión Europea y la correspondiente sugerencia de paralizar las ventas en 2030, los fabricantes han adelantado los planes de transición de sus cadenas de desarrollo. En las últimas semanas se ha compartido mucha información sobre grandes marcas como el Grupo Volkswagen, Stellantis, Nissan, Toyota y, por supuesto, marcas de lujo como Ferrari, Porsche y Lamborghini. Toda la gama de vehículos Stellantis, es decir, Fiat, Peugeot, Citroen y Maserati, tendrá una plataforma híbrida o eléctrica en 2025. También Volkswgen, con su plan Juntos 2025+, pretende pisar el acelerador y realizar la transición en 2025, abandonando de hecho la hulla. Las marcas asiáticas, por su parte, ya han dejado claras sus intenciones y prácticamente seguirán a sus competidoras europeas. Los suecos de Volvo iniciaron la transformación ya en 2017 y planean eliminar definitivamente los motores de gasolina a más tardar en 2025. Mercedes y BMW, dos de los fabricantes alemanes más potentes, han anunciado que en 2025 solo habrá variantes electrificadas; incluso las versiones más deportivas, como los modelos AMG y de la serie M, se verán afectadas por este cambio. Los fabricantes de los coches más exclusivos, como Ferrari y Porsche, han declarado recientemente que seguirán las estrategias del mercado tradicional, y en este sentido la marca de Maranello ha señalado que el primer Ferrari de emisiones cero llegará en 2025. La marca de Stuttgart ha dejado claro que el histórico e icónico 911 permanecerá sin cambios durante unos años más, para deleite de los verdaderos fans, mientras que el resto de modelos sufrirán una conversión gradual a eléctricos. Lamborghini, por su parte, no ha realizado ninguna declaración oficial al respecto, aunque el reciente desarrollo del superdeportivo híbrido Sian tiende a subrayar cuáles podrían ser las intenciones de la marca.
Qué opinan los ciudadanos
Una reciente encuesta de YouGov, en la que se analizaba la opinión de los ciudadanos de 15 ciudades europeas, muestra que la prohibición de la venta de coches nuevos de gasolina (y diésel) en Europa es la opción correcta. Una encuesta revela que el 63 % de los habitantes de las ciudades dice que solo podrán venderse coches de emisiones cero a partir de 2030. Solo el 29 % está en contra de una eliminación progresiva para esa fecha. YouGov, por encargo de Transport & Environment (T&E), encuestó por Internet a 10 050 personas en 15 de las mayores ciudades europeas de ocho países: Alemania, Bélgica, España, Francia, Hungría, Italia, Polonia y Reino Unido. La eliminación progresiva en toda Europa de las ventas de coches que utilizan combustibles fósiles es una opción necesaria para los legisladores del Viejo Continente en previsión del cambio radical que se producirá en 2050, cuando se espera alcanzar una situación climáticamente neutra y más sostenible. En colaboración con: