Una de las primeras preguntas que uno se hace al comprar un coche eléctrico se refiere sin duda a la autonomía del vehículo.
Es una pregunta más que legítima teniendo en cuenta que hablamos de una tecnología relativamente nueva y que no todos los usuarios conocen los puntos fuertes (y débiles) de los coches de batería. El verano está a la vuelta de la esquina, al igual que las tan esperadas vacaciones estivales, un auténtico regalo del cielo para quienes han trabajado duro todo el año y necesitan un descanso para recuperar fuerzas y despejar la mente. En vista del calor del verano y de las temperaturas con las que pronto tendremos que lidiar, es bueno conocer algunos pequeños trucos para mantener una autonomía adecuada y no quedarnos sin nada antes de lo previsto.
Cómo funcionan las baterías y cuáles son sus límites
Antes de aventurarnos en los secretos que podemos aplicar, conviene dar un paso atrás y explicar más concretamente cómo funcionan las baterías y sus limitaciones. Como ya sabrás, los electrodos, es decir, los polos positivo y negativo entre los que se produce el flujo de electrones, son sensibles a las temperaturas extremas: tanto al calor como, por supuesto, al frío. Si la temperatura sube o baja demasiado bruscamente, la recarga puede ser menos eficaz y, al mismo tiempo, el funcionamiento de la batería puede verse afectado. A pesar del alto nivel de aislamiento proporcionado por los fabricantes de automóviles, las baterías pueden seguir viéndose afectadas por un clima caluroso, especialmente en las fases de carga rápida en las que se suministra una tensión superior a la media. En otras palabras, en climas veraniegos, puede haber interrupciones de carga en las estaciones de carga rápida y, al mismo tiempo, reducciones significativas de la autonomía. Además, el uso de aire acondicionado (y calefacción) puede mermar aún más el kilometraje, hasta un 20 % de la autonomía. ¿Un ejemplo? Recientemente probamos un KIA e-Niro, que tiene una autonomía declarada en el ciclo WLTP de 455 km, y al utilizar el aire acondicionado de forma inconsciente medimos una caída de autonomía nada desdeñable. En otras palabras, nos encontramos visitando la estación de carga con más frecuencia de lo esperado. Cabe señalar que el consumo de aire acondicionado también afecta a los coches térmicos que, gracias a una autonomía generalmente mayor y a un sistema de repostaje casi inmediato, no se ven afectados de forma tan dramática. Seamos sinceros: repostar gasolina no solo lleva menos tiempo, sino que nos ofrece drásticamente más libertad, al menos de momento. 
Entonces, ¿qué TRUCOS podemos aplicar en verano y en vacaciones?
1. Limitar el uso del aire acondicionado
Mantener el coche a una temperatura aceptable es la prioridad de todos, sobre todo al subir a él después de haberlo dejado al sol durante toda una mañana. El consejo en este caso es enfriar el coche lentamente, tal vez durante el viaje, para poder recuperar energía por el camino.
2. Planificar el uso
Los coches modernos, y en particular los eléctricos, son una auténtica potencia tecnológica y los más avanzados permiten gestionar y planificar acciones desde la comodidad del smartphone. En este sentido, si es posible, recomendamos adoptar una estrategia de climatización previo mientras aún se está cargando. Por ejemplo, si tienes que salir a las 15.00 horas, es aconsejable programar un temporizador para que el preenfriamiento del coche empiece ya a las 14.50 horas.
3. Modalidad de conducción
Puede parecerte obvio, pero el estilo de conducción influye más que nunca en la autonomía, y a menudo da lugar a resultados drásticamente diferentes. Tener un «pie ligero» en los coches eléctricos es casi una obligación si no se quiere ir con frecuencia a la estación de recarga. Para garantizar una buena autonomía, es necesario conducir de forma eficiente, sobre todo en verano, cuando utilizamos el aire acondicionado. También es aconsejable evitar los trayectos largos por autopista a 130 km/h.
4. Frenado regenerativo
Casi junto a los modos de conducción, encontramos el frenado regenerativo. Cada kW ahorrado cuenta, por lo que soltar el pedal del acelerador a tiempo y dejarse llevar sin duda ayudará.
5. Topografía
En verano, probablemente te dirigirás a las localidades estivales y es poco probable que te enfrentes a subidas empinadas; recuerda, sin embargo, que cuesta arriba ¡la autonomía se reduce!
6. Maletero y portaequipajes
El verano es la época ideal para hacer excursiones al aire libre. Sin duda te habrás encontrado con el maletero lleno o con las barras portaequipajes montadas; el consejo siempre es uno, vacía el maletero y retira todo lo que no sea imprescindible. Puede parecerte «extremo», pero la baca puede afectar drásticamente a la autonomía del coche, así que si no es necesaria, te aconsejamos que no la dejes instalada.
7. Aparca estratégicamente
Encontrar una plaza libre a la sombra en verano es todo un reto, tanto porque el sol no está fijo en lo alto del cielo como por la falta de árboles o toldos que puedan cubrir uniformemente las zonas de aparcamiento. Si realmente no tienes la posibilidad de aparcar a la sombra, siempre recomendamos utilizar unos buenos parasoles para evitar que el habitáculo se caliente demasiado. Los coches eléctricos no son alérgicos al sol, sin embargo, a temperaturas demasiado altas pueden activarse sistemas de protección que descargarán la batería para evitar posibles daños. 
