En el mercado, el número de modelos de coches eléctricos crece rápidamente, y todos ellos han alcanzado un buen nivel de madurez en cuanto a autonomía y velocidad de carga.
Hoy en día, no es difícil encontrar una buena alternativa a un modelo endotérmico que pueda satisfacer nuestras necesidades de movilidad. Además, la red de recarga en Italia está cada vez más extendida. Por ejemplo, la de Plenitude + Be Charge puede contar, hasta la fecha, con más de 18 mil columnas instaladas en Italia (además de las que aún están por activar). Además, a través de la app también es posible acceder a todos los puntos de recarga en Europa de los socios con los que la empresa tiene un acuerdo de interoperabilidad.
¿Queremos comprar un coche eléctrico y es nuestro primer modelo a batería? He aquí algunos consejos para empezar.
ESTUDIEMOS EL MUNDO ELÉCTRICO
Puede parecer trillado decirlo, pero nunca está de más repetirlo. Antes de ir al concesionario a comprar un coche eléctrico, conviene estudiar un poco el ‘mundo eléctrico’. No tiene nada de complicado, pero hay algunos conceptos que conviene conocer. Hablemos, por ejemplo, de cómo se gestiona la carga, de alguna terminología que puede ser nueva y de cómo funcionan la batería y la autonomía.
AUTONOMÍA Y RECARGA
Hoy en día, el coche eléctrico es capaz de ofrecer una autonomía real muy buena. De media, todos los nuevos modelos permiten recorrer al menos 400 km según el ciclo WLTP. A grandes rasgos, esto significa que esta autonomía es replicable en autopista. A velocidades de autopista (130 km/h), en cambio, el kilometraje real tiende a ser mucho menor.
Por supuesto, es importante tener en cuenta el tipo de uso que haces de tu coche. Si sueles conducir mucho por carretera todos los días, es aconsejable decantarse por modelos que ofrezcan una mayor autonomía, aunque obviamente sean más caros.
Sin embargo, ten en cuenta que no basta con evaluar únicamente el kilometraje. De hecho, también es importante comprobar la potencia máxima de carga de CC a la que se puede recargar la batería. Tener una batería de gran capacidad que ofrece un buen kilometraje real pero se recarga lentamente puede penalizar los viajes de larga distancia. Absurdamente, unos kilómetros menos de autonomía pero la posibilidad de poder recargar más rápidamente es mejor.
Por tanto, es esencial estar bien informado sobre estos aspectos. En cualquier caso, hoy en día con el coche eléctrico es posible satisfacer el 99% de los usos más clásicos del automóvil sin ningún sacrificio especial. Sólo para quienes conducen cientos de kilómetros cada día, quizá hoy el coche de batería no sea todavía del todo aconsejable.
TAMBIÉN SE PUEDEN RECARGAR EN CASA
Una de las ventajas de los coches eléctricos es que pueden recargarse en casa, incluso en un enchufe normal, aunque se recomienda la instalación de un wallbox. ¿Tienes un garaje con línea eléctrica? Instalar un punto de recarga en casa ahorra un poco en costes de recarga.
También facilita mucho el repostaje: llegas a casa del trabajo, conectas el coche al wallbox de tu garaje y te lo encuentras cargado al día siguiente cuando tienes que volver a salir.
Pero no es obligatorio tener un punto de recarga en casa. De hecho, siempre puedes repostar en los públicos. En este caso, asegúrate de que tienes estaciones de carga cerca para facilitar la gestión de la recarga.
COSTES E INCENTIVOS
El precio del coche es, obviamente, un aspecto muy importante a valorar. Hoy en día, los coches eléctricos siguen costando más que los modelos endotérmicos. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas cosas. En primer lugar, para los modelos que no cuestan más de 35.000 euros más IVA, siguen existiendo incentivos estatales que ofrecen un descuento de 3.000 euros o de 5.000 euros en caso de achatarrar un coche viejo.
Además, hoy en día la compra de coches está cambiando y cada vez se utilizan más fórmulas como el leasing y el alquiler a largo plazo, que en cierto modo hacen más asequibles los coches eléctricos.
Además, no podemos dejar de mencionar algunas ventajas de los coches de batería como la exención del pago del impuesto de circulación durante los cinco primeros años en algunas regiones, el acceso a las ZTL y la drástica reducción de los costes de mantenimiento.
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